Me desperté esta mañana en la casa de mi hermana por culpa de las quejas de su pequeño niño que tiene apenas treinta días nacido en este mundo desconocido. Las últimas días me he quedado con ellos para ayudar a mi hermana mientras su marido estaba de viaje por trabajo. Este níño será entre ellos con las mejores modales desde el nacimiento. Es normal que el comportamiento del bebé dependa de la serenidad de la madre, su relación con su marido y el ambiente de serenidad en casa. He visto otros pequeños que se arman un jaleo fenomenal. Y si fuera mio, seguramente tendría un mal genio... Pero, mi sobrino ha visto la luz con habilidades de negociación insuperables. Nunca se queja sin buena razón, o sea porque tiene hambre y, cuando lo hace, te avisa de antemano antes de llorar a toda fuerza. Por suerte, el niño come cada vez más. No quiero pensar qué sucede cuando no tenemos leche suficiente para darle: pobre gato...
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