No soy una fanática de Tom Cruise, pero su última película me ha gustado más que las elecciones de Navidad que brindaba el cine de mi barrio ateniense; una película que él ha producido con la dirección excelente de Brad Bird. Como un crítico de cine ha escrito ¨la primera secuencia se abre con una colorista visión de Budapest en la que hasta el agua del río que separa Buda de Pest tiene el color azul que se le presume al líquido elemento y que, desde luego, “El topo” no dejaba traslucir¨.
Otras ciudades en la película que querían ponerse de moda son, por ejemplo, Dubai o Moscú, sin que les tiemble el pulso a sus productores a la hora de volar la mitad del Kremlin, secuencia con expolosiones espectaculares. Sin ir más lejos, Protócolo Fántasma cumple lo que promete, 80 minutos de acción con personajes plásticos que sobreviven múltiples secuencias de aventuras, explosiones y fracasos en lugares exóticos, al menos en términos de la gente ´occidental´ que nunca han viajado fuera de los EEUU. Y, aún menos, para espectadores que quieren pensar fuera de la caja en cuanto a la historia y la política internacional, después de la segunda guerra mundial. Me quita, por el contrario, el sombrero al Tom Cruise por firmar todos estos autógrafos para sus fans durante el estreno de su película en Callao, Madrid. Qué genial...
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