30 de marzo de 2012

La mente y el aprendizaje de las lenguas


Está bien comprobado que el aprendizaje de lenguas está estrechamente vinculado con el mejor funcionamiento de la  mente. El mismo argumento funciona también al revés, es decir el progreso de las neurociencias las últimas décadas nos ha permitido mejorar el diseño de cursos de aprendizaje de lenguas extranjeras, así sacando a la luz una nueva disciplina que combina la ciencia de la mente con la educación, la llamada ´neuroeducación´. Y, por útlimo, las nuevas tecnologías como herramienta imprescindible del profesor y del alumno, nos brindan posibilidades de aprendizaje sin límite en cuanto al acceso, al número de lenguas, así como al rítmo de aprendizaje. Aqui tenemos un artículo de la prensa actual y una emisión radiofónica, en la que hay una entrevista del director del Instituto Cervantes, cuyos objetivos incluyen el amplio uso de Internet, aulas virtuales y otras herramientas digitales como para modernizar la difusión de la lengua española. Vale la pena seguir las novedades... 

Ser bilingüe previene la demencia: Madrid. (EP).- Una nueva investigación , publicada en Trends in Cognitive Sciences , explica cómo el hecho de hablar más de un idioma se puede traducir en una mejor salud mental . El estudio examina cómo el ser bilingüe puede ofrecer protección contra los los síntomas de la demencia y, además, sugiere que la creciente diversidad en las poblaciones del mundo puede tener un impacto positivo, e inesperado, en la capacidad de recuperación del cerebro adulto.
"Estudios anteriores han establecido que el bilingüismo tiene un efecto beneficioso en el desarrollo cognitivo de los niños", explica la autora principal del estudio, la doctora Ellen Bialystok, de la Universidad de York, quien añade que, "en este estudio, revisamos los informes recientes, que utilizan tanto métodos conductuales, como de neuroimagen, para examinar los efectos del bilingüismo sobre la cognición en adultos".
La doctora Bialystok y sus colaboradores afirman que el uso de las redes de control cognitivo para el procesamiento del lenguaje bilingüe, pueden reconfigurarlas y fortalecerlas, mejorando así la 'flexibilidad mental', la capacidad de adaptarse a los cambios, y ayudando a procesar la información de manera eficiente.
Los estudios también sugieren que el bilingüismo mejora la 'reserva cognitiva' -el efecto protector que tiene la estimulación de la actividad mental y física sobre el funcionamiento cognitivo en el envejecimiento saludable.
Esta reserva cognitiva puede retrasar la aparición de los síntomas en las personas que sufren de demencia, ya que las personas bilingües experimentan los síntomas de aparición de demencia años más tarde que los monolingües.
"Nuestra conclusión es que el bilingüismo reorganiza ciertas redes específicas del cerebro, creando una base más eficaz para el control ejecutivo, y el mantenimiento de un mejor desempeño cognitivo durante toda la vida" añade Bialystok.
Fuente: La Vanguardia Digital
Abrimos este programa especial con el director del Instituto Cervantes, Víctor García de la Concha. El pasado 1 de febrero tomó posesión de su cargo con un objetivo claro: iberoamericanizar el Instituto Cervantes. Charlamos con él sobre este y otros objetivos de esta prestigiosa institución (15/03/12).



El cerebro y el procesamiento del lenguaje:
Desde que Noam Chomsky comenzó a investigar el lenguaje humano, la neurociencia ha intentado dilucidar cuáles son las claves cerebrales que permiten transformar los sonidos en palabras. Que es el cerebro quien se encarga de esa tarea estaba ya fuera de toda duda antes de que existiesen siquiera los fundamentos de la neuroimagen. Pero ahora es posible examinar qué redes neuronales intervienen en ese proceso, tan familiar como inquietante, que lleva desde los fonemas a su significado dentro de una lengua en concreto.

Un artículo publicado en los Proceedings of the National Academy of Sciences por Iain DeWitt y Josef P. Rauschecker, investigadores del departmento de neurociencia del Georgetown University Medical Center (Washington, Estados Unidos) pone de manifiesto que en la tarea de reconocer el sentido de una palabra intervienen dos áreas cerebrales en particular. El giro temporal, mejor dicho, la parte izquierda de la zona medial del giro temporal superior (STG, en sus siglas inglesas), se activa al percibir los fonemas identificando sus características inmediatas. La zona anterior izquierda del STG interviene a la hora de integrar los fonemas percibidos en pautas temporales complejas. Dicho de otro modo, primero se detectan qué sonidos existen, distinguiéndolos de los que forman parte de los ruidos medioambientales no lingüísticos, y luego se convierte cada combinación concreta en una palabra.

DeWitt y Rauschecker indican en el comentario a los resultados experimentales obtenidos que la primera parte del procesamiento cerebral, la relacionada con la identificación de los fonemas, sigue unas líneas comparables a lo que se sabe acerca de esos mismos mecanismos existentes en otros primates como los macacos. Los monos llevan a cabo comunicaciones auditivas que tienen a su vez que distinguir los sonidos emitidos por sus congéneres, y lo hacen de forma muy similar a la detectada en humanos. Es más; cuando los macacos entrenados para identificar la voz humana lo hacen, las áreas que se activan corresponden en buena medida a las utilizadas en nuestra especie. Esa conclusión apoya la idea tantas veces indicada —y a menudo combatida— de que el lenguaje humano se adquirió a partir de mecanismos fijados de forma evolutiva en ancestros que compartimos con otros primates.

Ni qué decir tiene, no obstante, que la otra cara de la moneda, la de la asignación de contenido semántico a los fonemas encadenados en el habla humana, es asunto exclusivamente nuestro. Y continúa situándose en un terreno elusivo, porque una cosa es identificar la zona del STG que se activa cuando se oyen dos palabras parecidas, y otra muy distinta saber por qué los castellanoparlantes identifican muy bien las diferencias que existen entre 'vaca' y 'laca', mientras se las ven y se las desean para saber en qué se distingue en términos fonético- semánticos el King Liar del rapero Nelson del King Lear del bardo inmortal.

Fuente: Camilo José Cela Conde/Correctores en la Red



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