Por mucho que no lo queramos, vivimos en una sociedad de consumo cuya solvencia económica depende a la publicidad. Con el término ´publicidad´se define la actividad que está financiada por los anunciantes, el interés público o privado y, a veces, el Estado para promover la venta de productos, campañas de concienciación o ideas. Hoy en día todo se puede vender, siempre que tenga una audencia convencida por las campañas publicitarias. Por supuesto, cuanto más de lujo es la publicidad, más será el precio del producto para el consumidor. Un buen ejemplo es la bajada de los precios de ropa que Zara ha conseguido gracias a los recortes que la empresa ha decidido por parte de campañas publicitarias.
Entre los negativos de la publicidad se destaca la falsa creación de necesidades que culmina al fenómeno de ´consumismo´. Esto junto al rítmo de vida acelerado actual se hace que los consumidores confundan el tiempo de ocio con el consumo desorbitado. Aunque las normas deontológicas no lo permitan, frecuentemente la publicidad puede manipular la opinión pública con información sobre el producto no precisa con el fin de aumentar las ventas. Finalmente, parece extraño que la publicidad esté presenta en todas partes de nuestra vida de modo que estemos bombardeado con mensajes para comprar cosas y tal.
Entre las ventajas, evidentemente, se puede añadir la facilitación de economía de un Estado mediante el consumo, la educación de la gente sobre las nuevas tecnologías y tendencias en cada aspecto de nuestra cultura, y, como resultado, la mejora de la sociedad. Además, y eso es importante, el hecho que la publicidad informe pueda impulsar alteraciones de la pinión pública, así que cambio en las actidudes sociales. Ejemplos aquí son la campaña contra fumar ambos en España y en Grecia y campañas para fomentar la ayuda hacia países del tercer mundo.
Es lógico que la publicidad se use más mediante los medios de comunicación, especialmente las Redes sociales y Internet, que forman algo muy de moda ahora. Es imprescindible que enteremos de la importancia de la publicidad para la economía, pese a sus incovenientes.
Entre los negativos de la publicidad se destaca la falsa creación de necesidades que culmina al fenómeno de ´consumismo´. Esto junto al rítmo de vida acelerado actual se hace que los consumidores confundan el tiempo de ocio con el consumo desorbitado. Aunque las normas deontológicas no lo permitan, frecuentemente la publicidad puede manipular la opinión pública con información sobre el producto no precisa con el fin de aumentar las ventas. Finalmente, parece extraño que la publicidad esté presenta en todas partes de nuestra vida de modo que estemos bombardeado con mensajes para comprar cosas y tal.
Entre las ventajas, evidentemente, se puede añadir la facilitación de economía de un Estado mediante el consumo, la educación de la gente sobre las nuevas tecnologías y tendencias en cada aspecto de nuestra cultura, y, como resultado, la mejora de la sociedad. Además, y eso es importante, el hecho que la publicidad informe pueda impulsar alteraciones de la pinión pública, así que cambio en las actidudes sociales. Ejemplos aquí son la campaña contra fumar ambos en España y en Grecia y campañas para fomentar la ayuda hacia países del tercer mundo.
Es lógico que la publicidad se use más mediante los medios de comunicación, especialmente las Redes sociales y Internet, que forman algo muy de moda ahora. Es imprescindible que enteremos de la importancia de la publicidad para la economía, pese a sus incovenientes.