27 de octubre de 2011

‘La piel que habito’, por Pedro Almodóvar

Almodóvar con su última película, basada en el libro ´Tarántula´ de Thierry Jonquet (1986), ha conseguido sorprendernos a todos. Ha dado en el clavo tanto con un guión lleno de preocupaciones actuales sobre la escencia del hombre , como con personalidades forjadas en una dura realidad, a través de su propia tragedia personal. Dr. Robert Ladgard (Antonio Banderas) ha dedicado su vida a la búsqueda de la cura contra las quemaduras graves de piel, desde la muerte de su mujer. El protagonista oscila entre remordimientos, porque se siente culpable por la muerte de su mujer, y ilusiones del poder divino por haber descubierto un método nuevo de regeneración de la piel quemado. Durante el día, Ladgard es un científico brilliante y un miembro respetable de la sociedad. No obstante, al anochecer se convierte en un criminal que ultiliza sus habilidades y conocimientos científicos para vengarse. Y lo hace todo por medio de la captura y la experimentación en un otro ser humano (Vera, Elena Anaya) de manera, no solo, clandestina sino, también, sádica.
Bajo una dirección verdaderamente excelente que juega, ya sea con los colores (fotografía por José Luís Alcaine), el arte estética, o la música (por Alberto Iglesias), Almodóvar logra transmitir la lucha primitiva del hombre. Tanto en la película como en realidad, su habilidad de crear arte o avanzar en ciencia y tecnología se usa con fines conflictivos: para darse cuenta de su entorno, pero, también, para controlarlo; para sobrevivir, pero, también para dejarse llevar por esto hacia su propia destrucción. Desafortunadamente, es bien sabido que si cualquier persona se pasa de la raya con la manipulación de su entorno, entra en un callejón sin salida. El de la autodestrucción que será verdad, tanto para los que abusan de su entorno, como para los que son testigos, pero no hacen nada para prevenirlo. Entre sus éxitos más importantes, el hombre cuenta, por un lado como regla general, con el arte como vía de salvación y por otro, cuenta con la ciencia; que en este caso es para 'el la excepción de la regla. Aunque el escenario no deja ninguna duda sobre ese último punto, en la vida actual, el hombre tiene cada día más la opción, el derecho y la responsabilidad de manejar sus talentos con madurez y autocontrol, bajo el sistema legal de una sociedad demócrata y organizada.

Mientras tanto, ´La piel que habito´ nos hace reflexionar sobre lo que ocurra cuando dicha sociedad se derrumbe-se venga po abajo. Por eso, y por el hecho de que la pasión, los sentimientos y las repercusiones de los errores humanos no conozcan género, es una de las mejoras películas de Almodóvar.

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