´A partir de hoy, la noche llegará mucho antes. Hasta la primavera. Pero esta noche, el tiempo nos ha hecho un regalo, sobre todo, a quiénes estábamos necesitados de sueño. Como es tradicional, a las 3, los relojes empezaron a marcar de nuevo las 2. Y esa hora se repitió. Todos y cada uno de sus sesenta segundos volvieron a desgranarse, segundo a segundo.
Quizá por eso, porque hubo una hora más de noche, mientras algunos recuperábamos parte del tiempo en que debimos dormir y no lo hicimos, otros aprovechaban para echarse un par de copas más al coleto.
Y como el cambio de hora sabe de horarios, pero no sabe de borrachos, a eso de las 6 am, cuando el tempranero amanecer rompía por el horizonte y las crías de los pájaros empezaban a piar pidiendo su comida; un grupo de fiesteros rompían vasos en la calle y prorrumpían en gritos y risas grandilocuentes y abusivas.
Aproveché para desaguar, recomponer la ropa de cama, cambiar de posición sobre el colchón y, sin mayores problemas, recuperé el sueño interrumpido.
Hasta que, pasadas las 10 nuevas (las 11 antiguas), el sol me despertó, de una vez por todas. Tardé en desperezarme. Ya se sabe que, cuánto más duermes, más quieres dormir. Aproveché que no tenía prisa alguna para rematar las pocas páginas que me quedaban de la última y estupenda novela de Óscar Urra, “Bacarrá”.
Y me fui en busca de mi sempiterno café con tostada mixta. Bien pasada. Y, después, otro café.
Y la prensa claro.
Una prensa que, entre las amenazas de los Mercados y los requerimientos de Bruselas, nos trae estupendos reportajes sobre la Orquesta Sinfónica Joven de Goiás, un milagro del que podremos disfrutar el próximo martes, en el Teatro Caja GRANADA, gracias a la colaboración de nuestra Obra Social con Endesa.
Pereza, relax, tranquilidad, sosiego, detenimiento, reflexión…
Y sueño. Mucho sueño. Sueño recuperado. Sueños acumulados. Sueño vencido. Sueños por cumplir.
Cuanto menos sueño tengo, más sueños atesoro. Cuánto más larga es la noche, más claros son los sueños. Cuántos más sueños tengo, mejor duermo. Y cuando duermo bien, sueño mucho.
Es solo una hora. Y, hoy, a la caída de la tarde, el Tiempo se la cobrará con creces, haciendo que la noche llegue mucho más temprano que ayer.
Pero, de momento, esa hora me ha resultado muy rentable. En clave de sueños.
Jesús somnoliento Lens´, sacado de
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