Ha sido una semana interesante y, por lo menos, llena de aventura para todos que trabajan, estudian, ambos, o los que, simplemente, viven en Grecia. Hemos alcanzado a aparecer en los titulares de todas las revistas del mundo (incluso con referencias en palabras griegas para denotar el ´caos´ que está atravesando ahora el país) y casi todos hablaban de Grecia más que nunca en los últimos días. No sé si me siento avergonzado u orgulloso de esa trasparencia repentina que conlleva el conocimiento del nombre de mi patria chica por parte de los pueblos de lugares tan ajenos que nunca conseguiré visitar. Todos se han enterrado de Grecia esta semana, de dónde está y qué desastre trágico nos ha tocado. Bueno, pues de ahi surge nuestra oportunidad de gozar de nuestro minuto de fama, o de notoriedad, de infamia. En el sector empresarial, el fenómeno se llama ´publicidad negativa´, lo que no suena muy bien, sino nos despierta sentimientos intensos de pánico. Pero, ya que somos personas optimistas, vamos a quedar con la tarea de encontrar todas las palabras cultas, de origen griego, al menos las que aparecen en este párrafo: ´caos´, ´trágico´, ´fama´, infamia´, pánico´..., vamos! Mi jefe, que es un economista por vocación, aboga por lo que una famosa profesora de filología alemana acabó de publicar en los medios de comunicación recientemente: ´Si los griegos tacharan un precio a cada palabra griega que utilizamos cuando hablamos en nuestros idiomas, podrían salir de su deuda, incluso con beneficio´. No sé nada de estas cosas; lo que veo es que, aunque no tengamos nada que ver con nuestros antepasados en cuanto a su aportación clásica cultural en el pensamiento del hombre a lo largo de su historia, hay todavìa muchas oportunidades para aprovechar de la situación actual.
Quizás esta ´infamia´ se pueda convertir en algo fuera de lo que vamos a salir corriendo.
Quizás esta ´infamia´ se pueda convertir en algo fuera de lo que vamos a salir corriendo.
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