14 de noviembre de 2011

Quejarse está bien, pero hay que vivir también

' ... Pero, sobre todo, si no nos deja descansar nada de lo que le acontece a nadie en el mundo; si no hay que hacer "excepción de pueblos ni razas, humanas y no humanas", y por tanto hemos de sufrir e indignarnos indeciblemente por cada mosquito y por cada hoja, y tal vez por cada guijarro, es la mejor manera de prohibirse estar medianamente contento nunca, y hasta de funcionar en la vida. Es la perfecta manera de convertirnos en dolientes y absolutos inútiles.'

Sacado por el último artículo de Franco Javier Marías en El País Semanal ´En busca de la infidelidad permanente´

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